Tema 6

 El discurso sobre la naturaleza: Cuestiones de filosofía ambiental


18/11/24

La concepción de la naturaleza

    En el capítulo anterior veíamos de la mano de Isabelle Stengers y Rosi Braidotti como la concepción del ser humano y el mundo que lo rodea cambia a lo largo del siglo XX y esto corre paralelo al cambio de modelo científico que estaba aconteciendo. En base a esto podemos señalar la existencia de dos grandes discursos que se diferencian por el significado y la relación que toman con la naturaleza: El discurso moderno y el ambientalista o de vinculación con la naturaleza.
  • Por una parte, el discurso moderno es aquel que se separa o distancia de la naturaleza. Se trata de un relato emancipatorio, que se convirtió en el eslogan de la Ilustración por excelencia, y que tiene como fin el control de la naturaleza, por lo que trata de alejarse de esta, entendiendo que esta distancia es necesaria para la dominación de la misma. Dentro de este discurso, el racionalismo de Descartes es el primer y más claro ejemplo de esta separación, pero también otros autores como Francis Bacon u otros pertenecientes al pensamiento positivista parten de las mismas premisas de control y dominio de la naturaleza.
  • Por otra parte, también tenemos la tendencia contraria, esto es, de vinculación con la naturaleza y rechazo de esta separación radical promovida por la Ilustración. En la actualidad este discurso de vinculación con la naturaleza está presente en muchos movimientos de corte ecologista o que se sitúan en torno a una cosmovisión holista, pero también podemos referirnos a el como un discurso romántico en tanto que históricamente el Romanticismo supuso una respuesta a la Ilustración que rechazaba esta distancia interpuesta con la naturaleza. Waldo Emerson, Henry David Thoreau y John Muir son algunas de las figuras fundamentales en el desarrollo de un discurso naturalista o una visión ecológica que valora profundamente la conexión entre el ser humano y la naturaleza.
Ahora bien, estos dos discursos, podemos tomarlos como las dos posturas opuestas que existen en torno a la concepción de la naturaleza, pero existe en la actualidad una tercera visión que aparece con el posthumanismo y con lo que podemos llamar discurso postnatural, esto es, una propuesta relacional de nuestra concepción del mundo. En un sentido parecido al que nos ofrecía Robert Pirsig sobre la colaboración con la tecnología en su libro Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta, la colaboración se nos muestra también aquí como una tercera vía de actuación. Latour tiene varios textos sobre eso así como Michel Serres, que en su libro de 1990 Le contrat naturel hablará de un contrato con la naturaleza con el que critica la visión antropocentrista del mundo y en el que la naturaleza es vista como un sujeto, y ya no como un objeto. 

Desde esta postura, que comenzará a ser popular a finales del siglo XX, se atacará ambos planteamientos anteriores al considerar que tanto lo natural como lo artificial son abstracciones que no existen, ya que en realidad son fenómenos relacionales. No se puede hablar en términos generales, sino que tenemos que enfocar cada caso, por eso en nuestra controversia vamos a ver situaciones y redes. 


 
Hay que elaborar un nuevo relato que va a ser el del Antropoceno, esto es, la vinculación entre seres humanos y naturaleza a nivel máximo. No hay solo seres humanos, naturaleza y tecnología, todo es parte del umwelt del ser humano.

20/11/24

El Antropoceno: Una nueva propuesta


    Hemos hablado de tres grandes concepciones de la naturaleza: la moderna, la romántica y la postnatural. Ahora vamos a conectar esto con el concepto de Antropoceno. La época del Antropoceno, que podríamos traducir en términos de la época de ser humano, es la propuesta que se hace para nombrar una nueva época centrada en el ser humano, o mejor dicho, en el impacto que ha tenido el ser humano en el mundo. Si bien actualmente estamos en el Holoceno, comienza a precisarse una nueva manera de hablar de esta época en tanto que afectada directamente por el impacto global de la acción humana. En un mundo que poco a poco está siendo dominado por el cambio climático no se puede tomar de ejemplo la inoperancia de las COP, esto es, las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Lo primero es asumir dentro de nuestra cosmovisión el problema que ha supuesto el progreso en términos de afectación global, lo cual está vinculado a estas nuevas concepciones del entorno que comienzan a hacerse visibles. ¿El decrecimiento es la solución? Lo cierto es que se está volviendo sobre hipótesis neomarxistas que plantean esta necesidad de dar marcha atrás, Kohei Saito por ejemplo, nos presenta una perspectiva neomarxista que habla de este decrecimiento.

Sea como fuere ¿Cuándo empezó este Antropoceno? La primera opción sería la revolución industrial que comienza en 1800, donde comienza a producirse una modificación artificial de los ciclos del planeta. No obstante, ya antes de esto la acción humana había tenido repercusiones en el planeta, como la extinción de ciertas especies. Es por esto que hay gente que sitúa este Antropoceno incluso antes de eso, en el neolítico (hace unos 12000 años) cuando comienzan los primeros asentamientos permanentes de grupos humanos así como el desarrollo de la agricultura y la ganadería.

La tercera opción sería situar este Antropoceno alrededor del 1950, en el comienzo de la era atómica, momento en el que comienzan a extenderse elementos radioactivos y tóxicos por la atmósfera y el suelo, aunque no solo será por esto, sino también por el crecimiento que experimenta la población en este momento. La Gran aceleración va a hacer referencia a un incremento de la población muy notoria, que comienza a crecer hasta alcanzar tres veces la que existiría a mediados del siglo XX. Esta población crece y con ella crece el consumo y el abuso de los recursos del planeta, haciendo por tanto que la afectación humana en el planeta sea mayor.

Esta propuesta del Antropoceno se populariza con el ecólogo y experto en clima Eugene Stoermer, sin embargo, los geólogos tras cerca de catorce años de reflexión descartaron adoptar el Antropoceno oficialmente porque no consideran que el cambio planetario sea tal como para considerar un cambio de época. No obstante, en otros ámbitos si esta aceptada esta concepción.

El Antropoceno se proponía como un concepto geológico, pero con este rechazo de por parte de los geólogos se empezó a pensar en el contexto histórico. El cambio histórico si es lo suficientemente notable como para que se haya popularizado; hablamos entonces de un Antropoceno histórico. Algunos fenómenos antropocénicos, esto es, fenómenos que aparecen por la influencia humana, van a ser tales como:
  • El intercambio colombino a costa del encuentro con América. Esto que conocemos popularmente como el "descubrimiento" de América será en realidad una lucha por la conquista del territorio que dejaría muchísimos muertos, pero no solo por la masacre, sino también por las enfermedades que trajeron los europeos. Todas estas muertes además supondrán un abandono de los campos de cultivo que se usaban para alimentar a los millones de personas que murieron, y este abandono influirá directamente en el enfriamiento del planeta.
  • El cambio en la biomasa animal total, es decir, el efecto que tiene la explotación de recursos en la extinción de los animales salvajes. Las anteriores 5 extinciones habrían sido por efectos naturales, pero ahora ya no. En el pasado, la biomasa animal estaba dominada por especies salvajes. En la actualidad, y debido a la actividad humana, la distribución de la biomasa animal ha cambiado, siendo en su inmensa mayoría correspondiente a los animales domesticados, mientras que los salvajes representan a penas un cinco por ciento.
  • La emergencia de los huesos de pollo en el registro fósil como símbolo del Antropoceno. Paleontólogos han llamado la atención sobre el hecho de que los humanos y la cría de pollos están íntimamente relacionados. Por ser estos últimos una de las carnes más baratas, suponen una serie de desechos que saturan el registro fósil. Pero no solo eso, los pollos criados en la actualidad tienen huesos modificados genéticamente y estructuralmente debido a su cría intensiva, por lo que esto se convierte en un registro de el avance de este Antropoceno.
  • La producción descontrolada de plásticos que se da desde mediados del siglo XX. Actualmente los plásticos superan la biomasa humana, por eso es otro de los marcadores más claros de la influencia humana sobre el planeta.
  • Las modificaciones geomorfológicas, es decir, el cambio en la superficie terrestre debido a las construcciones y actividades humanas, entre lo que podríamos incluir también el efecto que tiene el cambio climático, o más en concreto, las modificaciones del territorio que se producen debido a los fenómenos meteorológicos propios de este cambio climático.
  • El progresivo estancamiento del ser humano. Actualmente el sedentarismo y las enfermedades relacionadas son uno de los principales factores de riesgo para la salud a nivel mundial. Nuestra tendencia al sedentarismo nos lleva a que haya de media unas 10 sillas por persona, con los problemas asociados que conlleva este quietismo.
Dicho esto, existen dos interpretaciones opuestas del Antropoceno, o mejor, de las opciones que abre este nuevo periodo histórico:
  1. Desde una perspectiva negativa, el Antropoceno es una amenaza para el presente y el futuro de la humanidad, amenaza que podría acabar en catástrofe. La modificación del planeta ya es irreversible e imparable y lo más probable es que acabemos siendo culpables de nuestra propia extinción.
  2. Para los antropocentristas en cambio, esto es una oportunidad de control del planeta, una oportunidad que junto con la tecnología y el desarrollo actual nos llevaría a una mejora globalizada. Dentro de esto tenemos ámbitos como la geoingeniería, la ingeniería del clima o ingeniería climática que pretende usar la tecnología para modificar el clima terrestre. Esta es una visión ingeniería que ve el planeta como un proveedor de servicios, y por eso también tiene que tener en cuenta su cuidado.
Afectamos a todo el planeta y la huella humana ya es irreversible. No obstante, la responsabilidad particular que tenemos sobre esto es muy distinta, razón por la cual también se habla de un Capitaloceno. La ciencia y la tecnología son cada vez mayores, pero esto esto también corre paralelo de una progresiva pérdida de control sobre las consecuencias de nuestra acciones, lo cual no deja de ser paradójico. 

Sobre esto El fin de la naturaleza escrito en 1989 por Bill McKibben va a ser una propuesta con mucho éxito, lo que lo ha consolidado como un texto fundamental en el ámbito del ambientalismo y la literatura ecológica. Es un texto con un estilo sencillo que ha conseguido hasta cierto punto moldear la conversación sobre el cambio climático. Cada vez somos más conscientes del daño, el problema es si somos capaces de revertirlo. Ya no existe un reducto del planeta que sea naturaleza virgen o salvaje. La historia humana y natural se entremezclan, y esto lo podemos ver también en las narraciones míticas. Ahora bien, la naturaleza ya no es el trasfondo en el que se representan los problemas, por lo que esta historia natural y humana se separan, por lo menos hasta ahora, donde volvemos a ver como esto se entrelaza de nuevo en este Antropoceno, en el que es el ser humano el que representa una amenaza para la naturaleza.

Necesitamos nuevos relatos. Después de la muerte de los grandes relatos (como diría Lyotard) no se ha vuelto a tener un relato en el mismo sentido. Lo que si existen son distintas propuestas que tratan de comprender al ser humano en relación con el entorno, como es el Posthumanismo, que plantea o busca cuestionar las ideas tradicionales del ser humano y su posición central. No obstante, esta no será la única, también tenemos a la par la propuesta Transhumanista, que piensa en el ser humano en relación con el potencial tecnológico, y busca mejorar y trascender las limitaciones humanas actuales mediante el uso de estas tecnologías avanzadas.

25/11/24

    Busca un texto filosófico sobre la naturaleza y analízalo según el tipo de discurso que muestra (dominio, instrumentalización, respeto, vinculación, etc.)

El texto escogido es el primer ensayo de Ralph Waldo Emerson: Naturaleza, publicado por primera vez en 1836. Un texto que será considerado como el texto fundacional del movimiento trascendentalista, y que como veremos, está influido directamente por la filosofía racionalista alemana y por el Romanticismo europeo, algo que va a ser relevante en el tipo de discurso que muestra.
Más en concreto, aquí nos vamos a referir sobre todo a la introducción de este texto, un fragmento en el que plantea la necesidad de recuperar la conexión espiritual con la naturaleza y redescubrir el valor de la misma, que habría sido denostada por el discurso ilustrado. El resto del texto va a continuar con esta visión romántica, caracterizada por el rechazo a la separación radical promovida por la Ilustración, e irá introduciendo diferentes aspectos de la relación entre el ser humano y la naturaleza. No obstante, nos interesa sobre todo la apertura que hace en la introducción, en la que nos invita a redescubrir esta relación inmediata (en tanto que no mediada) y fundamental del ser humano con la naturaleza. Por otro lado, va a ser interesante el contexto histórico en el que se desarrolla el texto, que podemos inscribir en plena tensión entre las ideas de la Ilustración y el Romanticismo. Si bien Emerson va a ser un autor posterior, en sus escritos van a resonar algunas de las ideas de los primeros románticos, entre las que está precisamente esta revalorización de la naturaleza como respuesta a una necesidad histórica propia de rechazo a esta separación impuesta por la razón instrumental.
No por casualidad vamos a denominar discurso romántico a aquel que subraya como necesaria esta vinculación del ser humano con la naturaleza. Históricamente los románticos vivieron un mundo en transición de los ideales clásicos hacia ideales más fieles a la naturaleza humana. Un cambio de ideales que estaría sobre todo guiado por una decepción con la promesa ilustrada de que la razón conseguiría iluminar al ser humano y lo guiaría por los misterios de la naturaleza. El discurso moderno por su parte, va a estar directamente relacionado con la Ilustración, y asimismo, vinculado al dominio e instrumentalización de la naturaleza, a la que se entiende como un medio para el ser humano. Así pues, este texto podemos verlo en relación al discurso romántico, tanto por la afinidad con sus ideas de revaloración de la naturaleza, como históricamente por la influencia del romanticismo europeo. Sin embargo, cabe destacar que existen diferencias entre este último y el trascendentalismo al que dio pie el ensayo al que nos referimos, pero tanto los románticos de Jena como Emerson criticaron la visión mecanicista del mundo y abogaron por una comprensión más profunda y espiritual de la realidad.
En este fragmento de Emerson podemos encontrar todas las características propias de un discurso de vinculación y encuentro con la naturaleza que definió el romanticismo histórico. Una de las características que va a guiar este reencuentro con la naturaleza va a ser, primero, el significado que adquiere la experimentación directa del mundo como medio de conocimiento valido. Así pues, podemos leer en sus palabras, este rechazo a los conocimientos precedentes, esto es, a la objetivación del mundo motivada por la Ilustración, a la que se culpa de alejar al ser humano de la experimentación directa:
‘Las generaciones precedentes contemplaban a Dios y a la naturaleza cara a cara; nosotros vemos a través de los ojos de quienes nos precedieron. Pero ¿Por qué no podemos disfrutar nosotros de una relación original con el universo?’ (Emerson, 2007: 23)
En esta misma línea, lo que aquí se critica es la categorización de la naturaleza propia del desarrollo de teorías científicas sobre que acaban descualificando la naturaleza misma. O lo que es lo mismo, lo que se critica es el proceso de cuantificación de la naturaleza que describe el desarrollo de la ciencia moderna, que frente a la ciencia anterior, guiada por el modelo aristotélico basado en una física cualitativa, se aleja de la naturaleza en favor del desarrollo de un modelo que pone al hombre como medida de todas las cosas. En relación a esta idea habría girado el Renacimiento, que es la época que abrirá este camino hasta la Ilustración, y también la responsable de poner al hombre en el centro, instaurando con ello una visión antropocentrista que acabará siendo un problema que se extiende hasta nuestros días.
Lo que se cuestiona no es el conocimiento, sino la unificación y sistematización de la Modernidad que constriñe y aplana las diferencias, motivo por la que Weber planteará la Modernidad como un proceso de desencantamiento del mundo. Así, en este mismo sentido Emerson señala: ‘Toda ciencia tiene un objetivo, a saber, elaborar una teoría de la naturaleza.’ (Emerson, 2007: 25) El desarrollo de una teoría significa la huida de Dios del mundo; el paso del mito al logos, es decir, el desencantamiento de la magia de la naturaleza.
La ciencia moderna se vincula al dominio e instrumentalización de la naturaleza a través del descubrimiento sistematizado de los elementos y fuerzas del mundo, proceso en el que esta naturaleza es degradada. El discurso romántico lo que pretende es el camino inverso: un reencuentro con la naturaleza en tanto que reconocimiento de ella como origen y fin, y que va a influir profundamente en todos los movimientos que cuestionen de algún
modo el discurso antropocéntrico hegemónico que, como podemos ver, está estrechamente vinculado a la Modernidad.
Así pues, para terminar, cabría citar otro ejemplo, con el que Emerson finaliza la introducción, y en el que podemos ver esta nueva dimensión que toma la naturaleza como fundamental y planteando asimismo una cosmovisión holista, que va a ser otra de las características de un discurso naturalista:
‘Filosóficamente considerado, el universo está compuesto de naturaleza y alma. Estrictamente hablando, por lo tanto, todo lo que está separado de nosotros, todo lo que la Filosofía distingue como NO YO, es decir, la naturaleza y el arte, los demás hombres y mi propio cuerpo, debe ser contemplado bajo el nombre de NATURALEZA.’ (Emerson, 2007: 25-26)
Dicho esto, otros autores que podemos encontrar en relación con esto más allá de la influencia romántica van a ser figuras como Henry David Thoreau o John Muir, algunos de los nombres fundamentales en el desarrollo del discurso naturalista que llega hasta la actualidad y que valora profundamente la conexión entre el ser humano y la naturaleza.

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