Controversia

 La regulación de las drogas; un análisis pragmático



"Antes de aparecer leyes represivas, la definición generalmente admitida era la griega. Phármakon es una sustancia que comprende a la vez el remedio y el veneno; no una cosa u otra, sino ambas a la vez. Como dijo Paracelso, «sólo la dosis hace de algo un veneno». […] Quien busque objetividad se cuidará de no mezclar ética, derecho y química. Pero quizá más decisivo aún sea tener presente siempre que si cualquier droga constituye un potencial veneno y un potencial remedio, el hecho de ser nociva o benéfica en cada caso determinado depende exclusivamente de: a) dosis; b) ocasión para la que se emplea; c) pureza; d) condiciones de acceso a ese producto y pautas culturales de uso."
Escohotado. (1998- 2002). Historia general de las drogas. Madrid. Espasa. p.1188.

Contextualización histórica: Antecedentes y convenios vigentes


    Las Guerras del Opio supusieron uno de los conflictos en torno a la regulación más conocidos de la época previa a la prohibición de las drogas. El uso de sustancias ha acompañado a la humanidad prácticamente desde sus inicios, formando parte de ritos y costumbres, tanto religiosas como paganas, así como del progresivo desarrollo de la curandería y posterior medicina. Sin embargo, veremos que el regulacionismo es un tema que aparece posteriormente, paralelo a una progresiva sofisticación de la ciencia. 

El punto de inflexión lo encontramos precisamente en los albores del siglo XIX y en el desarrollo tecnocientífico que se inicia en este momento. Tal desarrollo no solo beneficiaría el ámbito industrial, sino que paralelamente afectaría también al desarrollo de los laboratorios, y con ellos, las técnicas que impulsaron la síntesis y purificación de los principios activos de las sustancias para uso médico
En el siglo XIX se entrecruza un avance brutal de la tecnología de los laboratorios, fomentada entre otros, por los trabajos de Louis Pasteur, que supone un ejemplo paradigmático del salto que da la química en este momento, y que está en la base de todo el desarrollo y regulación posterior. Así pues, podemos ver de cerca que la regulación de las drogas emerge como necesidad ante una progresiva sofisticación de las sustancias que beneficiaria tanto al avance de la medicina moderna, como la producción y el uso ilegítimo de estas sustancias
"Desde el comienzo de los tiempos recordados, el hombre se había servido de los fármacos en estado impuro, usando tales o cuales plantas. Ahora se produce el descubrimiento de fármacos puros, en una sucesión de alcaloides que comienza con la morfina (1806) para seguir con la codeína (1832), la atropina (1833), la cafeína (1841), la cocaína (1860), la heroína (1883), la mescalina (1896) y los barbitúricos (1903), por mencionar tan sólo algunos de los más conocidos."
Escohotado. (1998- 2002). Historia general de las drogas. Madrid. Espasa. p.421.


La regulación de las sustancias entendidas como drogas por separado de las sustancias destinadas al uso médico surge a penas dos años más tarde de que la heroína dejara de comercializarse por parte de Bayer. Se comienza regulando las que eran entendidas como las sustancias más problemáticas de entonces, pero a lo largo del siglo se van sumando todo tipo de drogas recreativas, como resultado, tenemos cuatro grandes convenios o tratados:
  1. Convenio Internacional del Opio (1912) que se enfocaría principalmente en el opio, la morfina y la cocaína.
  2. Convención única sobre Estupefacientes (1961) en el que se crea un marco para el control internacional de las drogas que sigue siendo la base en la que se asienta nuestro control actual. La novedad de esta convención es que incluye una clasificación de las drogas según su potencial terapéutico o de abuso, ya que se pretendía limitar su uso a fines médicos o científicos.
  3. Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas (1971) en el que se aborda el uso de estas nuevas sustancias psicotrópicas no incluidas en la anterior convención, también con el fin de regular su uso en tratamientos médicos y recreativos.
  4. Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (1988)

Estos tratados internacionales NO incluyen dentro de las sustancias a regular:
  • La nicotina, pese a que existen sospechas desde el siglo XV de la insalubridad (Rubio & Rubio, : 298) del tabaco y literatura que señala la nicotina como veneno desde principios del XVII (Posselt & Reimann, 1828).
  • El alcohol, aunque del mismo modo, se conocen de cerca los efectos nocivos del mismo y aunque posee una capacidad adictiva superior a algunas sustancias incluidas en los tratados el término alcoholismo data del siglo XIX (Vv. Aa., 2000).
  • La cafeína, pese a que también se reconoce tanto el abuso de esta sustancia como el síndrome de abstinencia que produce (Vv. Aa. 2007).
Por todo esto usaremos la clasificación de sustancias del convenio de 1971 en el que se explicitan 4 grandes grupos:
  • Sustancias con alto potencial de abuso y sin uso médico reconocido, esto es, drogas recreativas como el extásis que se consideran potencialmente adictivas.
  • Sustancias con alto potencial de abuso pero con uso médico restringido, esto es, sustancias como las anfetaminas o barbitúricos cuyo uso médico está aceptado pero restringido debido a su potencial adicción y menor seguridad respecto a otras medicaciones.
  • Sustancias con menor potencial de abuso y con uso médico aceptado, esto es, sustancias cuyo uso médico está ampliamente aceptado pese al potencial de abuso, que aquí deja de considerarse como de alto riesgo.
  • Sustancias con bajo potencial de abuso y con amplio uso médico, esto es, mayoritariamente benzodiacepinas, que igual que en anterior caso, tiene un uso amplio y aceptado, los efectos segundarios son nimios en comparación a las anteriores y el potencial de abuso menor todavía. 
Dicho esto, partiendo de la definición dada al inicio, y debido al desfase temporal de esta clasificación que hace el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas nos interesa sobre todo señalar dos actores: las sustancias con alto potencial de abuso y las sustancias con bajo potencial de abuso.

En base a todo esto podemos concluir señalando que desde el siglo XX, el consumo de drogas pasó de ser un problema moral que estaba controlado por la religión, costumbre y normas sociales, a un problema médico que está directamente relacionado con la evolución de la tecnología científica y/o de laboratorio. Dicho esto, si bien tomamos aquí de punto de partida el caso de la heroína, podemos también ver como este problema se extiende en la actualidad con el caso del fentanilo. En un mismo sentido, tenemos una nueva sustancia, que no solo tiene un potencial de abuso similar a de la heroína, sino que el riesgo de sobredosis es mayor, así como sus efectos segundarios, pero es preferida por el mercado negro debido a que su potencia hace que se requieran cantidades menores y sea más fácil de transportar.

Actores implicados

    En el contexto de nuestra controversia, el cosmograma a señalar gira entorno a la regulación de drogas y fármacos en el siglo XX. En este caso, además de actores humanos y no humanos, vamos a señalar como híbridos las instituciones públicas que participan de la regulación de sustancias, ya que estas, pese a estar compuestas de actores humanos, NO representan la voluntad privada de sus miembros y/o trabajadores, sino el acuerdo social vigente, esto es, la objetivación de lo que la sociedad estípula social y culturalmente como algo aceptable o no aceptable. Por otro lado, los Convenios Internacionales en los cuales se recoge tal acuerdo si serán considerados como actores no humanos, y no híbridos.

Actores humanos

  • Consumidores
  • Adictos
  • Investigadores (Científicos en general, químicos en particular)
  • Médicos
  • Mafias
  • Políticos y legisladores
  • Divulgadores y medios de comunicación
  • Precursores del uso libre
  • Activistas en contra y moralistas
  • Pacientes y asociaciones de pacientes

Híbridos

  • Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)
  • Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • Fuerzas de seguridad
  • Comités éticos
  • Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE)
  • Farmacéuticas 

Actores no humanos

  • Sustancias con alto potencial de abuso
  • Sustancias con bajo potencial de abuso
  • Fármacos
  • Materias primas
  • Convenios internacionales
  • Tecnologías médicas y/o científicas
  • Crisis sanitarias (como la que esta comenzando con los antibióticos) o epidemias
  • Mercado negro

   Relaciones entre Actores

Coexistencia
  • Sustancias con alto potencial de abuso ↔ Sustancias con bajo potencial de abuso
  • Sustancias con alto potencial de abuso ↔ Fármacos 
  • Consumidores ↔ Médicos
  • UNODC ↔ OMS ↔ JIFE
  • Materias primas ↔ Sustancias/Fármacos
Conveniencia
  • Mercado negro ↔ Consumidores/Adictos
  • Investigadores ↔ Divulgadores y medios de comunicación
  • Investigadores/Farmacéuticas ↔ Tecnologías médicas y científicas
  • Farmacéuticas ↔ Médicos
  • Médicos ↔ Pacientes 
  • Farmacéuticas ↔ Crisis sanitarias
  • Crisis sanitarias ↔ Divulgadores
  • Fuerzas de seguridad ↔ Políticos y legisladores
  • Políticos y legisladores ↔ Convenios internacionales/UNODC/JIFE
  • Médicos ↔ OMS
Oposición 
  • Precursores del uso libre ↔ Activistas en contra/Moralistas
  • Fuerzas de seguridad ↔ Mafias/Consumidores
  • Adictos/Consumidores ↔ Activistas en contra/Moralistas
  • Políticos y legisladores ↔ Precursores del uso libre
Exclusión
  • Mafias ↔ Farmacéuticas
  • Convenios internacionales ↔ Mercado negro
  • Comités éticos ↔ Precursores de uso libre
  • Médicos ↔ Precursores del uso libre/Consumidores
Dependencia*
  • Materias primas ↔ Tecnologías médicas y científicas
  • Materias primas ↔ Mafias/Farmacéuticas

Evaluación de la controversia

  • ¿Son los representantes legítimos y autorizados?
Podríamos decir que de cara a la sociedad el debate se encuentra muy polarizado. No existe un suficiente conocimiento acerca de los efectos de estas nuevas sustancias que como vemos, aparecen en el marco de este nuevo paradigma científico desarrollado a lo largo del siglo XX. Y mientras que la tendencia seguida por los convenios internacionales es el prohibicionismo, el mercado negro se encarga de suministrar sustancias a la población de a pie sin ningún tipo de dispositivo de control de calidad.
Por un lado, los que podríamos considerar como representantes autorizados habrían de ser investigadores y médicos, en tanto que no solo serían conocedores de la sustancia en cuestión, sino los autorizados por el estado para su dispensación. No podríamos considerar a las farmacéuticas como representantes legítimos si tenemos en cuenta su interés económico, ni tampoco a activistas a favor o en contra debido a su interés personal. 
Por otro, en este contexto de ciencia tecnificada en el que se depende directamente del aparato burócrata para la toma de decisiones, no podemos decir que los investigadores, científicos y médicos tengan realmente una posición de autoridad frente al moralismo político a la hora de decidir sobre la regulación de drogas. En muchos casos, una regulación menos prohibicionista motivaría la investigación y la calidad de los productos en tanto que dispositivos médicos, así como en consecuencia, la de productos de venta libre, buscando destruir principalmente el trafico de sustancias ilegítimas, eso es, corruptas o peligrosas.
  • ¿La representación del asunto o problemática es lo suficientemente precisa?
Desde el desarrollo aquí presentado la problemática en torno a la regulación de las drogas es todo lo precisa que nos permiten los documentos oficiales. A estos hemos añadido algunos artículos en torno al tabaquismo y el alcoholismo, que al ser sustancias permitidas, también la literatura en torno a sus efectos es mayor. Una representación más precisa de la problemática requeriría que existiera este tipo de literatura en torno a los efectos de otras drogas de uso habitual, así como un registro de su calidad y componentes. En este sentido, y debido a su proximidad, lo más parecido que tenemos es las farmacopeas.
  • ¿Existen espacios legítimos para el debate y diálogo en torno a la cuestión?
Quizás en este sentido los espacios que podemos señalar para el diálogo en torno a la regulación habían de ser los comités éticos. Ante una tendencia política prohibicionista y una falta de estudios sobre las sustancias dispuestas por el mercado negro y sus efectos, lo único que podemos decir es que el debate y diálogo debe girar en torno al papel de la investigación.
Al final, podemos ver que el asunto en torno a la regulación de las drogas está en estrecha relación con el modelo tecnológico de la Big Science, ya que el desarrollo técnico es uno de los principales causantes de la aparición de sustancias cada vez más potentes, cuyo uso indiscriminado no tiene el mismo significado de antaño. Asimismo, al igual que ocurre con los problemas de la ciencia desde el siglo XX en adelante, estamos ante problemas cuyo resultado posee altos niveles de incertidumbre. En otro tiempo el uso de sustancias no era tan problemático porque el acceso a los componentes o sustancias puras estaba restringido por la propia falta de herramientas para la extracción y síntesis. Ahora, la disponibilidad no solo es mayor, sino también el acceso, lo que produce situaciones en las que el riesgo de adicción aumenta, y con él, los efectos segundarios derivados del uso. Más allá de esto, el debate y diálogo de la ciencia con la población de a pie siempre va a ser necesario en este tipo de problemas y los comités éticos solo representan un espacio muy limitado para el debate en el que normalmente se excluye a los consumidores, sean del tipo que sean. 

Bibliografía

  • De la Rubia Guijarro, José Antonio. (2016) "Drogas, ya sabemos la solución, pero ¿cuál era el problema?". El Catoblepas. No. 167. 
  • Escohotado, Antonio. (1998- 2002). Historia general de las drogas. Madrid. Espasa.
  • Rubio Monteverde, Horacio & Rubio Magaña, Alessandro. "Breves comentarios sobre la historia del tabaco y el tabaquismo." 
  • Karl Mann, Derik Hermann, Andreas Heinz. (2000) "One hundred years of alcoholism: The twentieth Century." Alcohol and Alcoholism. Vol. 35. Issue 1, January. Pp. 10–15.
  • Pardo Lozano, Ricardo; Alvarez García, Yolanda; Barral Tafalla, Diego; Farré Albaladejo, Magí. (2007) "Cafeína: un nutriente, un fármaco, o una droga de abuso." Adicciones. Vol. 19. No. 3. Pp. 225-238.
  • Posselt, Wilhelm Heinrich & Reimann, Karl Ludwig (1828). "Chemische Untersuchung des Tabaks und Darstellung eines eigenthümlich wirksamen Prinzips dieser Pflanze" [Chemical investigation of tobacco and preparation of a characteristically active constituent of this plant]. Magazin für Pharmacie . 6 (24). pp.138-161.

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